L’ATTO D’AMORE
(dagli scritti di San Giovanni della Croce)
Un atto di amore perfetto di Dio compie immediatamente il mistero dell’unione della’anima a Dio. Quest’anima, fosse pure colpevole delle massime e più numerose colpe, con quest’atto conquista immediatamente la grazia di Dio con la condizione della successiva confessione sacramentale.
L’atto di amor di Dio è l’azione più semplice, più facile, più breve che si possa fare.
Basta dire con semplicità: “Mio Dio, io ti amo”.
L’atto d’amore:
“Gesù, Maria, vi amo, salvate anime”
(Da “Il Cuore di Gesù al mondo” di P.Lorenzo Sales. Editrice Vaticana 1999)
Promesse di Gesù per ogni atto d’amore con queste parole:
“Ogni tuo atto d'Amore rimane in eterno...
Ogni" "GESU' TI AMO " attira ME nel tuo cuore…
Ogni tuo atto d'Amore ripara per mille bestemmie...
Ogni tuo atto d'Amore e' un'anima che si salva perche' ho sete del tuo Amore e per
un tuo atto d'Amore creerei il Paradiso..
L'atto di Amore ti va a valorizzare al massimo ogni istante di questa vita terrena, facendoti osservare il Primo e Massimo Comandamento: AMA DIO CON TUTTO IL TUO CUORE, CON TUTTA LA TUA ANIMA, CON TUTTA LA TUA MENTE, CON TUTTE LE TUE FORZE. " (Parole di Gesu' a Suor Consolata Betrone).
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Mensaje de
amor que el Sagrado Corazón de Jesús lanza al mundo para salvarlo.
Mientras el mundo se atomiza y desintegra por el odio
de los hombres y de los pueblos, Jesucristo quiere renovarlo y salvarlo por el
amor.
Quiere que se eleven hacia el cielo llamas de amor que
neutralicen las llamas del odio y del egoísmo.
A tal efecto, enseñó a Sor M. Consolata Bertrone un
Acto de Amor sencillísimo que debía repetir frecuentemente, prometiéndole que
cada Acto de Amor salvaría el alma de un pecador y que repararía mil
blasfemias.
La fórmula de este Acto es:
"Jesús,
María, os amo,
salvad las almas"
Allí están los tres amores: Jesús, María, las
almas que tanto ama Nuestro Señor y no quiere que se pierdan, habiendo por
ellas derramado Su Sangre.
Le decía Jesús: "Piensa en Mí y en las almas.
En Mí, para amarme; en las almas para salvarlas (22 de agosto de 1934). Añadía:
la renovación de este Acto debe ser frecuente, incesante: Día por día, hora
por hora, minuto por minuto"(21 de mayo de 1936).
"Consolata, di a las almas que prefiero un Acto
de amor a cualquier otro don que pueda ofrecerme"... "Tengo sed de
amor"... (16 de diciembre de 1935).
Este Acto señala el camino del cielo. Con él
cumplimos con el mandamiento principal de la Ley: “Amarás al Señor Dios tuyo
con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente"... y a tu prójimo
como a ti mismo.
Con este continuo Acto de Amor damos a Dios lo más
excelente: que es amor a las almas. Con esta Jaculatoria nos podemos comunicar
constantemente con Dios. Cada hora, cada minuto, es decir, siempre que lo
queremos. Y lo podemos hacer sin esfuerzo, con facilidad. Es una oración
perfecta; muy fácil para un sabio como para un ignorante. Tan fácil para un niño
como para un anciano; cualquiera que sea puede elevarse a Dios mediante esta
forma. Hasta un moribundo puede pronunciarla más con el corazón que con los
labios.
Esta oración comprende todo:
Las almas del Purgatorio, las de la Iglesia militante,
las almas inocentes, los pecadores, los moribundos, los paganos, todas las
almas. Con ella podemos pedir la conversión de los pecadores, la unión de las
Iglesias, por la santificación de los sacerdotes, por las vocaciones del estado
sacerdotal y religioso. En un acto subido de amor a Dios y a la Santísima
Virgen María y puede decidir la salvación de un moribundo, reparar por mil
blasfemias, como ha dicho Jesús a Sor Consolata, etc., etc.
"¿Quieres hacer penitencia? ¡Ámame!",
dijo Nuestro Señor a Sor Consolata. A propósito, recordemos las palabras de
Jesucristo al Fariseo Simón sobre Magdalena penitente: "Le son perdonados
muchos pecados, porque ha amado mucho".
Un "Jesús, María, os amo, salvad las
almas" pronunciado al levantarse, nos hará sonreír durante el día; nos
ayudará a cumplir mejor nuestros deberes, en la oficina, en el campo, en la
calle, etc. Se pronuncia con facilidad, sin distraerse y con agrado.
Un "Jesús, María, os amo, salvad las
almas", santifica los sudores, suaviza las penas. Convierte la tristeza en
alegría. Sostiene y consuela luchas de la vida. Ayuda en las tentaciones. Hace
agradable el trabajo. Convierte en alegría el llanto. Fortalece y consuela en
las enfermedades. Y trae las bendiciones sobre los trabajos y sobre las
familias.
Un "Jesús, María, os amo, salvad las
almas".
Ayudará a calmar tu indignación, a convertir tu ira en
mansedumbre. Sabrás mostrarte benévolo al que te ofende.
Devolver bien por mal. Conduce
a efectos nobles; palabras verdaderas, obras grandes y sacrificios heroicos,
iluminará tu entendimiento con luces sobrenaturales; estimulará el bien,
retraerá el mal. Obtendrá el arrepentimiento al pecador; en el justo avivará la
fe y le hará suspirar por la felicidad eterna.
Dios merece ser amado por ser nuestro Sumo Bien. Esta
Jaculatoria es un dulce cántico para Jesús y María.
¡Cuán dulce es repetirlo frecuentemente! ¡Cuán
agradable es avivar el fuego de amor a Dios!
Y habiéndolo pronunciado millares de veces durante tu
vida, ¡cuán alegre será tu hora de la muerte, y qué gozosa volará tu alma
al abrazo de Jesús y María en el cielo!
Dijo Jesús a Sor Consolata:
"Recuerda que un Acto de amor decide la salvación
eterna de un alma y, vale como reparación de mil blasfemias. Sólo en el cielo
conocerás su valor y fecundidad para salvar almas".
"No pierdas tiempo, todo Acto de amor es un
alma". Cuando tengas tiempo libre y no tengas otra cosa que hacer,
toma tu corona del Rosario en tus manos y a cada cuenta repite: "Jesús,
María, os amo, salvad las almas"... En cuatro o cinco minutos habrás
hecho pasar por tus dedos todas las cuentas y habrás salvado 55 almas de
pecadores, habrás reparado por 55.000 blasfemias.
Dice San Agustín: "Quien salva un alma, asegura
su propia salvación", y quien salva centenares y millares y hasta millones
de almas, con un medio tan fácil y tan sencillo, sin salir de su casa, ¿que
premio no tendrá en el cielo?
Nuestro Señor le pedía a Sor Consolata que repitiera
frecuentemente ese acto de amor hasta ser incesante, es decir, continuamente,
porque continuamente van muchas almas al infierno porque no hay quién las
salve... Repitamos todo lo que podamos este Acto de amor: "JESÚS, MARIA,
OS AMO SALVAD LAS ALMAS", para que sean muchas las almas que arranquemos al
infierno para hacerlas felices eternamente en el cielo. Las almas que salvamos
con este Acto de Amor, será un día nuestra corona de gloria en el cielo.
Cuando uno está ocupado con trabajos manuales, se
puede repetir este Acto de Amor con la mente y tiene su mismo valor como lo dijo
un día Nuestro Señor Jesucristo a Sor Consolata.
Y nosotros por qué no podríamos hacer lo mismo en
lugar de perder un tiempo tan precioso en charlas inútiles; repitamos
frecuentemente este Acto de Amor, y así acumularemos tesoros preciosísimos
para el Cielo.
Los que se salvaron están en el cielo por haber amado
a Dios. Los grados de gloria en el cielo se miden por la intensidad del amor que
las almas practicaron en la vida.
Sólo entonces nos daremos cuenta de lo que vale un
Acto de Amor y de su fecundidad en salvar almas.
Sor Consolata le pidió un día a Jesús: "Jesús
enséñame a orar". Y he aquí la Divina respuesta: "¿No sabes
orar? ¿Hay acaso oración más hermosa y que sea más grata que el Acto
de Amor?"
l'atto d'amore è una cosa potentissima!
RispondiEliminaBaci Baci
quante cose belle imparo passando da te, GRAZIE!!!!!!! un bacione e buon fine settimana Lory
RispondiEliminaMe ha encantado Mirta, muchas gracias por compartirlo, ahora mismo me pongo a ello.
RispondiEliminaBesos.
Si carissimi amiche è potentissimo questo atto d'amore!
RispondiEliminaQuerida amiga este acto de amor es un regalo del cielo!!