"Il nostro 'destino eterno' è scritto nella scelta d'amore verso il prossimo. Lo ha detto questa domenica Benedetto XVI in occasione dell’ultimo Angelus da Castel Gandolfo nel riflettere sulla parabola di Lazzaro e del ricco Epulone. Da questa parabola, ha detto il Papa, si ricavano due insegnamenti: 'Dio ama i poveri e li solleva dalla loro umiliazione'; e 'il nostro destino eterno è condizionato dal nostro atteggiamento, sta a noi seguire la strada che Dio ci ha mostrato per giungere alla vita, e questa strada è l’amore, non inteso come sentimento, ma come servizio agli altri, nella carità di Cristo' ".
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"Queridos amigos, ¡sólo el Amor con la 'A' mayúscula da la verdadera felicidad!", dijo el Papa durante el rezo del Angelus ayer 26 de septiembre. "Lo demuestra también otro testigo, una joven, que ayer fue proclamada Beata aquí en Roma. Hablo de Chiara Badano, una chica italiana nacida en 1971, a quien una enfermedad condujo a la muerte cuando tenía poco menos de 19 años, pero que ha sido para todos un rayo de luz, como dice su sobrenombre: 'Chiara Luce'. Su parroquia, la diócesis de Acqui Terme y el Movimiento de los Focolares, al que pertenecía, hoy están de fiesta -y es una fiesta para todos los jóvenes, que pueden encontrar en ella un ejemplo de coherencia cristiana. Sus últimas palabras, de plena adhesión a la voluntad de Dios, fueron: 'Mamá, adiós. Sé feliz porque yo lo soy'. Alabemos a Dios, porque su amor es más fuerte que el mal y que la muerte; y demos gracias a la Virgen María que conduce a los jóvenes, también a través de las dificultades y los sufrimientos, a enamorarse de Jesús y a descubrir la belleza de la vida".
"En el Evangelio de este domingo (Lc 16, 19-31), Jesús narra la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro", afirmó Benedicto XVI.. "El primero vive en el lujo y en el egoísmo, y cuando muere, acaba en el infierno. El pobre, en cambio, que se alimenta de las sobras de la mesa del rico, a su muerte es llevado por los ángeles a la morada eterna de Dios y de los santos. 'Bienaventurados los pobres -había proclamado el Señor a sus discípulos- porque vuestro es el Reino de Dios' (Lc 6,20). Pero el mensaje de la parábola va más allá: recuerda que, mientras estemos en este mundo, debemos escuchar al Señor que nos habla mediante las sagradas Escrituras y vivir según su voluntad, de lo contrario, después de la muerte, será demasiado tarde para arrepentirse. Por tanto, esta parábola nos dice dos cosas: la primera es que Dios ama a los pobres y les alivia de su humillación; la segunda es que nuestro destino eterno está condicionado por nuestra actitud, depende de nosotros seguir el camino que Dios nos ha mostrado para llegar a la vida, y este camino es el amor, no entendido como sentimiento, sino como servicio a los demás, en la caridad de Cristo".
http://www.zenit.org/article-36682?l=spanish
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