Una luce per l’uomo minacciato dal buio su Dio e sui valori-
Lo ha detto il Papa nell’omelia della veglia pasquale, la celebrazione più importante dell’anno liturgico dedicata all’evento centrale della fede cristiana, la resurrezione di Gesù.
«Pasqua è la festa della nuova creazione – ha detto Ratzinger nell’omelia – Gesù è risorto e non muore più. Ha sfondato la porta verso una nuova vita che non conosce più né malattia né morte. Ha assunto l’uomo in Dio stesso». Citando Tertulliano, ha spiegato: «Abbiate fiducia, carne e sangue, grazie a Cristo avete acquistato un posto nel Cielo e nel regno di Dio».
Benedetto XVI ha quindi definito la resurrezione di Gesù una nuova creazione. Ricordando la lettura della Genesi, il racconto della creazione, si è soffermato sulla prima frase: «Dio disse: “Sia la luce!”». «La luce – ha aggiunto – rende possibile la vita. Rende possibile l’incontro. Rende possibile la comunicazione. Rende possibile la conoscenza, l’accesso alla realtà, alla verità. E rendendo possibile la conoscenza, rende possibile la libertà e il progresso».
«Il male si nasconde – ha continuato Ratzinger – La luce pertanto è anche espressione del bene che è luminosità e crea luminosità. È giorno in cui possiamo operare. Il fatto che Dio abbia creato la luce significa che Dio ha creato il mondo come spazio di conoscenza e di verità, spazio di incontro e di libertà, spazio del bene e dell’amore. La materia prima del mondo è buona, l’essere stesso è buono. E il male non proviene dall’essere che è creato da Dio, ma esiste in virtù della negazione. È il “no”».
Il Papa ha quindi osservato che a Pasqua, Dio «ha detto nuovamente: “Sia la luce!”». Gesù, ha detto, «risorge dal sepolcro. La vita è più forte della morte. Il bene è più forte del male. L’amore è più forte dell’odio. La verità è più forte della menzogna». Con la resurrezione di Cristo, la luce stessa «è creata nuovamente».
«Il buio veramente minaccioso per l’uomo – ha detto ancora il Papa – è il fatto che egli, in verità, è capace di vedere ed indagare le cose tangibili, materiali, ma non vede dove vada il mondo e da dove venga. Dove vada la stessa nostra vita. Che cosa sia il bene e che cosa sia il male. Il buio su Dio e il buio sui valori sono la vera minaccia per la nostra esistenza e per il mondo in generale. Se Dio e i valori, la differenza tra il bene e il male restano nel buio, allora tutte le altre illuminazioni, che ci danno un potere così incredibile, non sono solo progressi, ma al contempo sono anche minacce che mettono in pericolo noi e il mondo. Oggi possiamo illuminare le nostre città in modo così abbagliante che le stelle del cielo non sono più visibili. Non è questa forse un’immagine della problematica del nostro essere illuminati?».
«Nelle cose materiali – ha concluso Benedetto XVI – sappiamo e possiamo incredibilmente tanto, ma ciò che va al di là di questo, Dio e il bene, non lo riusciamo più ad individuare. Per questo è la fede, che ci mostra la luce di Dio, la vera illuminazione, essa è un’irruzione della luce di Dio nel nostro mondo, un’apertura dei nostri occhi per la vera luce».
«Una luz para el hombre amenazado por la oscuridad acerca de Dios y sus valores»
Lo dijo Benedicto XVI en la homilía de la Vigilia Pascual, la celebración más importante del año litúrgico dedicada al evento central de la fe cristiana: la Resurrección de Jesús.
Pascua es la fiesta -explicó el Pontífice- de la nueva creación. Jesús ha resucitado y no morirá de nuevo. Ha descerrajado la puerta hacia una nueva vida que ya no conoce ni la enfermedad ni la muerte. Ha asumido al hombre en Dios mismo. «Ni la carne ni la sangre pueden heredar el reino de Dios», dice Pablo en la Primera Carta a los Corintios (15,50). El escritor eclesiástico Tertuliano, en el siglo III, tuvo la audacia de escribir refriéndose a la resurrección de Cristo y a nuestra resurrección: “Carne y sangre, tened confianza, gracias a Cristo habéis adquirido un lugar en el cielo y en el reino de Dios” (CCL II, 994)».
Benedicto XVI después definió la Resurrección de Jesús como una nueva creación. Al recordar la lectura del Génesis, la narración de la creación , se detuvo en la primera frase: «Dijo Dios: “Que exista la luz”» (Gn 1,3). «La luz -añadió- hace posible la vida. Hace posible el encuentro. Hace posible la comunicación. Hace posible el conocimiento, el acceso a la realidad, a la verdad. Y, haciendo posible el conocimiento, hace posible la libertad y el progreso».
«El mal -continuó Ratzinger- se esconde. Por tanto, la luz es también una expresión del bien, que es luminosidad y crea luminosidad. Es el día en el que podemos actuar. El que Dios haya creado la luz significa: Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe en virtud de la negación. Es el “no”».
El Papa después observó que durante la Pascua, con la Resurrección de Cristo, Dios «vuelve a decir: “Que exista la luz”. Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús, la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva».
Benedicto XVI después definió la Resurrección de Jesús como una nueva creación. Al recordar la lectura del Génesis, la narración de la creación , se detuvo en la primera frase: «Dijo Dios: “Que exista la luz”» (Gn 1,3). «La luz -añadió- hace posible la vida. Hace posible el encuentro. Hace posible la comunicación. Hace posible el conocimiento, el acceso a la realidad, a la verdad. Y, haciendo posible el conocimiento, hace posible la libertad y el progreso».
«El mal -continuó Ratzinger- se esconde. Por tanto, la luz es también una expresión del bien, que es luminosidad y crea luminosidad. Es el día en el que podemos actuar. El que Dios haya creado la luz significa: Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe en virtud de la negación. Es el “no”».
El Papa después observó que durante la Pascua, con la Resurrección de Cristo, Dios «vuelve a decir: “Que exista la luz”. Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús, la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva».
«La oscuridad amenaza verdaderamente al hombre porque -explicó Benedicto XVI-, sí, éste puede ver y examinar las cosas tangibles, materiales, pero no a dónde va el mundo y de dónde procede. A dónde va nuestra propia vida. Qué es el bien y qué es el mal. La oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para nuestra existencia y para el mundo en general. Si Dios y los valores, la diferencia entre el bien y el mal, permanecen en la oscuridad, entonces todas las otras iluminaciones que nos dan un poder tan increíble, no son sólo progreso, sino que son al mismo tiempo también amenazas que nos ponen en peligro, a nosotros y al mundo. Hoy podemos iluminar nuestras ciudades de manera tan deslumbrante que ya no pueden verse las estrellas del cielo. ¿Acaso no es esta una imagen de la problemática de nuestro ser ilustrado?».
«En las cosas materiales -concluyó-, sabemos y podemos tanto, pero lo que va más allá de esto, Dios y el bien, ya no lo conseguimos identificar. Por eso la fe, que nos muestra la luz de Dios, es la verdadera iluminación, es una irrupción de la luz de Dios en nuestro mundo, una apertura de nuestros ojos a la verdadera luz ».
«La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira»
Cerchiamo di portare sempre la luce!Baci,Rosetta
RispondiEliminaCara Mirta eccomi come sempre qui per farmi illuminare da quella luce che solo tu nel tuo modo sai farci capire.
RispondiEliminaBuona serata cara amica.
Tomaso
Cristo è davvero la nostra luce, senza la fede brancoleremmo nella vita senza sapere dove andare e come scegliere. ciao e buon week end
RispondiEliminaE' sempre un piacere leggere il tuo blog.
RispondiEliminaQuando passo da te mi sento bene!!
RispondiEliminaSembra quasi che ogni volta che io abbia bisogno di una risposta la trovo o in un tuo post o leggendo le cose meravigliose che hai messo qui di lato nel tuo blog e questa sera si è aperta un'altra finestra,una conferma!!
Grazie per il tuo lavoro!!
Un abbraccio tesoro e buon weekend
Sabry!!
E' vero Mirta, il nostro mondo è pieno di ombre oscure che ci minacciano, perché l'uomo ha perso se stesso per inseguire il dio danaro e il potere.
RispondiEliminatutti insieme riusciremo a portare la luce, ne sono sicura!
RispondiEliminabaci baci
ciao... la vera luce che può tenere acceso il nostro cuore è proprio la luce divina...ciao..luigina
RispondiEliminaGrazie dei vostri gentilissimi commenti!! Si spiegail Vangelo di San Giovanni Gesù è la vera luce che è venuta al mondo!
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