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L’indulgenza plenaria del perdono di Assisi - 2 agosto
L'indulgenza Plenaria del Perdono di Assisi. Una notte dell'anno del Signore 1216 Francesco era immerso nella preghiera e nella contemplazione nella chiesetta della Porziuncola presso Assisi, quando improvvisamente dilagò nella chiesina una vivissima luce e Francesco vide sopra l'altare il Cristo e alla sua destra la sua Madre Santissima, circondati da una moltitudine di Angeli. Francesco adorò in silenzio con la faccia a terra il suo Signore! Gli chiesero allora che cosa desiderasse per la salvezza delle anime. La risposta di Francesco fu immediata: "Santissimo Padre, benché io sia misero peccatore ti prego che a tutti quanti pentiti e confessati, verranno a visitare questa chiesa, gli conceda ampio e generoso perdono, con una completa remissione di tutte le colpe". "Quello che tu chiedi, o Frate Francesco, è grande - gli disse il Signore -, ma di maggiori cose sei degno e di maggiori ne avrai. Accolgo quindi la tua preghiera, ma a patto che tu domandi al mio Vicario in terra, da parte mia, questa indulgenza". E Francesco si presentò subito dal Pontefice Onorio III che in quei giorni si trovava a Perugia e con candore gli raccontò la visione avuta. il Papa lo ascoltò con attenzione e dopo qualche difficoltà dette la sua approvazione. Poi disse: "Per quanti anni vuoi questa indulgenza?". Francesco scattando rispose: "Padre Santo, non domando anni ma anime". E felice si avviò verso la porta, ma il Pontefice lo richiamò: "Come non vuoi nessun documento?". E Francesco: "Santo Padre, a me basta la vostra parola! Se questa indulgenza è opera di Dio, Egli penserà a manifestare l'opera sua: io non ho bisogno dl alcun documento, questa carta deve essere la Santissima Vergine Maria, Cristo d notaio e gli Angeli i testimoni". E qualche giorno più tardi insieme ai Vescovi dell'Umbria, al popolo convenuto alla Porziuncola, disse tra le lacrime: "Fratelli miei, voglio mandarvi tutti in Paradiso!".
Le condizioni per l'acquisto dell'indulgenza plenaria
Il 2 Agosto di ogni anno (dalle ore 12.00 del 1° Agosto alle 24.00 del 2 Agosto) oppure la domenica stabilita dal Vescovo si acquista l'indulgenza plenaria (In virtù dei meriti di Cristo sono rimesse le pene temporali che dovremmo scontare in Purgatorio) facendo:
1. Visita, entro il tempo prescritto, a una basilica minore, la chiesa cattedrale, o una chiesa parrocchiale e recita del: Padre nostro Credo
2. Confessione sacramentale;
3. Comunione eucaristica;
4. Preghiera secondo le intenzioni del Sommo Pontefice. (almeno un Padre nostro, Ave Maria, Gloria al Padre o altre preghiere a scelta);
5. Disposizione d'animo che escluda ogni affetto al peccato anche veniale.
El 2 de agosto y las indulgencias plenarias |
La Porciúncula de Asís,
Italia, fue el hogar de San Francisco y sus primeros frailes. Fue allí
que San Francisco pidió a Cristo, mediante la intercesión de la Reina de
los ángeles, el gran perdón o «indulgencia de la Porciúncula»,
confirmada por el Papa Honorio III a partir del 2 de agosto de 1216.
Allí murió el santo. Mas tarde se construyó la gran Basílica de Santa
María de los Ángeles para cobijar a la pequeña Porciúncula.
Cada año una multitud de fieles acude allí para recibir el «Perdón de Asís» también llamado «Indulgencia de la Porciúncula».
Para ello deberán cumplir con las debidas disposiciones: visitar desde
mediodía del 1 de agosto a medianoche del día siguiente (fiesta de
Nuestra Señora de los Ángeles) la iglesia de la Porciúncula en Asís o
cualquier iglesia franciscana o iglesia catedral o parroquial. Sin
embargo, a partir de un decreto de la Penitenciaría Apostólica del 15 de
julio de 1988 («Portiuncolae sacrae aedes»), se puede ganar la
indulgencia en La Porciúncula durante todo el año, una sola vez al día.
El Perdón de Asís se puede obtener para uno mismo o por los difuntos.
Las condiciones son las prescritas para las indulgencias plenarias.
Historia de esta indulgencia
Una noche del año 1216 Francisco estaba en oración y contemplación en la
Porciúncula cuando de improviso la capilla se llenó de una luz
vivísima. Francisco vio sobre el altar a Cristo revestido de luz y a su
derecha a su Madre Santísima, rodeados de una multitud de Ángeles. Con
el rostro en tierra Francisco adoró a su Señor en silencio. Le
preguntaron qué deseaba para la salvación de las almas. La respuesta de
Francisco fue inmediata: «Santísimo Padre, aunque yo soy un pobre
pecador te ruego que a todos los que, arrepentidos de sus pecados y
confesados, vengan a visitar esta iglesia, les concedas amplio y
generoso perdón, con una completa remisión de todas las culpas». «Lo que
pides, hermano Francisco, es grande --le dijo el Señor--, pero de
mayores cosas eres digno, y mayores tendrás. Por lo tanto accedo a tu
petición, pero con la condición de que pidas de mi parte a mi vicario en
la tierra esta indulgencia».
Francisco se presentó de inmediato al Papa Honorio III, que en aquellos
días se encontraba en Perugia, y le relató la visión que había tenido.
El pontífice le escuchó con atención y después de algunas objeciones, le
dio su aprobación. Luego le dijo a Francisco: «¿Cuántos años de
indulgencia quieres?». El «Pobrecillo» de Asís respondió: «Padre Santo,
¡no pido años, sino almas!». Y se dirigió feliz hacia la puerta. Pero el
pontífice le llamó de nuevo: «¿No quieres ningún documento?». Y
Francisco le contestó: «¡Santo Padre, me basta su palabra!». «Si esta
indulgencia es obra de Dios, Él verá cómo dar a conocer su obra; yo no
necesito ningún documento; el papel debe ser la Santísima Virgen María,
Cristo el notario y los Ángeles los testigos».
Al celebrarse la dedicación de la capilla el día 2 del siguiente agosto,
en presencia de los obispos de Asís, Perugia, Todi, Spoleto, Gubbio,
Nocera y Foligno, anunció Francisco a la multitud la gran noticia:
«Quiero mandaros a todos al paraíso anunciándoos la indulgencia que me
ha sido otorgada por el Papa Honorio. Sabed, pues, que todos los aquí
presentes, como también cuantos vinieren a orar en esta iglesia,
obtendrán la remisión de todos sus pecados».
Así que este 2 de Agosto, a ponernos las pilas y ganemos indulgencia
plenaria, nosotros mismos o para el alma que pidamos a Dios Padre. No
dejemos pasar, uno nunca sabe... Un abrazo desde la distancia.
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Condiciones para obtener la indulgencia plenaria
En julio de 1216, Francisco pidió en
Perusa a Honorio III que todo el que, contrito y confesado, entrara en la
iglesita de la Porciúncula, ganara gratuitamente una indulgencia
plenaria, como la ganaban quienes se enrolaban en las Cruzadas, y otros que
sostenían con sus ofrendas las iniciativas de la Iglesia. De ahí
el nombre de Indulgencia de la Porciúncula, Perdón Asís,
Indulgencia o Perdón de las rosas (por el prodigio que medió en
su confirmación según alguna tradición tardía) u
otros parecidos.
Más allá de las controversias
históricas acerca de los orígenes y circunstancias de la
concesión de la Indulgencia, lo cierto es que la Iglesia ha seguido,
hasta nuestros días, otorgando y ampliando esa gracia extraordinaria.
En
la actualidad, esta Indulgencia puede lucrarse no sólo en Santa
María de los Ángeles o la Porciúncula, sino en todas las
iglesias franciscanas, y también en las iglesias catedral y parroquial,
cada 2 de agosto, día de la Dedicación de la iglesita, una sola
vez, con las siguientes condiciones: 1) visitar una de las iglesias
mencionadas, rezando la oración del Señor y el Símbolo de
la fe (Padrenuestro y Credo); 2) confesarse, comulgar y rezar por las
intenciones del Papa, por ejemplo, un Padrenuestro con Avemaría y
Gloria; estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o
después, pero conviene que la comunión y la oración por el
Papa se realicen en el día en que se gana la Indulgencia
¿Que son las Indulgencias?
* La doctrina y la práctica de las indulgencias en la Iglesia están estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la Penitencia.
* "La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados,
ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y
cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la
Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y
aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los
santos."
* "La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente."
"Todo fiel puede ganar para sí mismo o aplicar por los difuntos (a manera de sufragio) las indulgencias tanto parciales como plenarias" (CIC, can. 992 - 994).
"Todo fiel puede ganar para sí mismo o aplicar por los difuntos (a manera de sufragio) las indulgencias tanto parciales como plenarias" (CIC, can. 992 - 994).
* Las penas del pecado: Para
entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso
recordar que el pecado tiene una doble consecuencia. El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la "pena eterna" del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas, apego que tiene necesidad de purificación.
Estas purificación se realiza aquí abajo en la tierra mientras
vivimos, o después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio.
* La purificación libera de lo que se llama la "pena temporal" del pecado. Estas dos penas no deben entenderse como una venganza de Dios.
* Una conversión con una perfecta confesión
sacramental, que procede de una ferviente caridad puede llegar a la
total purificación del pecador, de modo que no subsistiría ninguna pena
(Concilio de Trento).
* El perdón del pecado y la
restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas
eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen.
El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos
y las pruebas debiendo aplicarse, tanto mediante las obras de
misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas
prácticas de penitencia, a despojarse completamente del "hombre viejo" y
a revestirse del "hombre nuevo"
.
Ciao Mirta sono passato per augurarti la buona notte, e sempre un piacere leggere i tuoi post
RispondiEliminaTiziano.
Sì, sempre interessante quello che scrivi ! Grazie e un grande abbraccio!!!
RispondiEliminanon conoscevo questa ricorrenza...grazie...un abbraccio Lory
RispondiEliminaSempre bello leggere i tuoi post!! buona giornata...ciao
RispondiEliminaNon conoscevo questa ricorrenza annuale,sapevo dell'indulgenza negli anni del Giubileo..
RispondiEliminaSempre un piacere passare da te,
baci,Letizia.
Bella entrada hermosa Mirta.
RispondiEliminaGracias por tu visita a mi blog.
Dios te bendiga.
Non lo sapevo! Beh, direi che sono giornate ottime per dedicarsi alla preghiera...
RispondiEliminaciao cara Mirta! finalmente sono tornata! i rientri dalle vacanze sono sempre difficili! :D
RispondiEliminati invio un mega abbraccio!
Baci Baci
felice fine settimana a te...ciao
RispondiEliminaGESU VOGLIO ANCHE IO LA INULGENZA DEL PERDONO DI ASSISI. DOMANI FARO'.LA CONFESSIONE LA COMUNIONE E FARO'LE PREGHIERE RICHIESTE. CONCEDIMI LA TUA GRAZIA. GRAZIE GESU. GRAZIE. MARIA ROSA
RispondiEliminaGESU' VOGLIO IL TUO PERDONO!!!!! FARO' LA CONFESSIONE E LA COMUNIONE POSSIBILMENTE NEL TEMPO STABILITO!!!! IO NON STO BENE E TU LO SAI AIUTAMI IN QUESTO MOMENTO DIFFICILE!!!!!!! GRAZIE GESU'. MARIA ROSA
RispondiElimina