L’uomo è polvere e in polvere ritornerà, ma è polvere preziosa agli occhi di Dio ( Benedetto XVI)
El hombre es polvo y al polvo volverá, pero a los ojos de Dios es polvo precioso. (Benedicto XVI)
dalla catechesi di Benedetto XVI nell’udienza del Mercoledì delle ceneri, 17/02/2010
L’uomo è polvere e in polvere ritornerà, ma è polvere preziosa agli occhi di Dio, perché Dio ha creato l’uomo destinandolo all’immortalità. Così la formula liturgica "Ricordati che sei polvere e in polvere ritornerai" trova la pienezza del suo significato in riferimento al nuovo Adamo, Cristo. Anche il Signore Gesù ha liberamente voluto condividere con ogni uomo la sorte della fragilità, in particolare attraverso la sua morte in croce; ma proprio questa morte, colma del suo amore per il Padre e per l’umanità, è stata la via per la gloriosa risurrezione, attraverso la quale Cristo è diventato sorgente di una grazia donata a quanti credono in Lui e vengono resi partecipi della stessa vita divina. Questa vita che non avrà fine è già in atto nella fase terrena della nostra esistenza, ma sarà portata a compimento dopo "la risurrezione della carne".
Il piccolo gesto dell’imposizione delle ceneri ci svela la singolare ricchezza del suo significato: è un invito a percorrere il tempo quaresimale come un’immersione più consapevole e più intensa nel mistero pasquale di Cristo, nella sua morte e risurrezione, mediante la partecipazione all’Eucaristia e alla vita di carità, che dall’Eucaristia nasce e nella quale trova il suo compimento. Con l’imposizione delle ceneri noi rinnoviamo il nostro impegno di seguire Gesù, di lasciarci trasformare dal suo mistero pasquale, per vincere il male e fare il bene, per far morire il nostro "uomo vecchio" legato al peccato e far nascere l’"uomo nuovo" trasformato dalla grazia di Dio.
De la Audiencia Genera de Benedicto XVI del Miércoles 17 de febrero de 2010
El momento favorable y de gracia de la Cuaresma también nos muestra su significado espiritual mediante la antigua fórmula: "Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás", que el sacerdote pronuncia cuando impone sobre nuestra cabeza un poco de ceniza. Nos remite así a los comienzos de la historia humana, cuando el Señor dijo a Adán después de la culpa original: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado; porque eres polvo y al polvo volverás" (Gn 3, 19). Aquí la Palabra de Dios nos recuerda nuestra fragilidad, más aún, nuestra muerte, que es su forma extrema. Frente al miedo innato del fin, y más aún en el contexto de una cultura que de muchas maneras tiende a censurar la realidad y la experiencia humana de la muerte, la liturgia cuaresmal, por un lado, nos recuerda la muerte invitándonos al realismo y a la sabiduría; pero, por otro, nos impulsa sobre todo a captar y a vivir la novedad inesperada que la fe cristiana irradia en la realidad de la muerte misma.
El hombre es polvo y al polvo volverá, pero a los ojos de Dios es polvo precioso, porque Dios ha creado al hombre destinándolo a la inmortalidad. Así la fórmula litúrgica "Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás" encuentra la plenitud de su significado en referencia al nuevo Adán, Cristo. También Jesús, el Señor, quiso compartir libremente con todo hombre la situación de fragilidad, especialmente mediante su muerte en la cruz; pero precisamente esta muerte, colmada de su amor al Padre y a la humanidad, fue el camino para la gloriosa resurrección, mediante la cual Cristo se convirtió en fuente de una gracia donada a quienes creen en él y de este modo participan de la misma vida divina. Esta vida que no tendrá fin comienza ya en la fase terrena de nuestra existencia, pero alcanzará su plenitud después de "la resurrección de la carne". El pequeño gesto de la imposición de la ceniza nos desvela la singular riqueza de su significado: es una invitación a recorrer el tiempo cuaresmal como una inmersión más consciente e intensa en el misterio pascual de Cristo, en su muerte y resurrección, mediante la participación en la Eucaristía y en la vida de caridad, que nace de la Eucaristía y encuentra en ella su cumplimiento. Con la imposición de la ceniza renovamos nuestro compromiso de seguir a Jesús, de dejarnos transformar por su misterio pascual, para vencer el mal y hacer el bien, para hacer que muera nuestro "hombre viejo" vinculado al pecado y hacer que nazca el "hombre nuevo" transformado por la gracia de Dios.
Buongiorno Mirta e buona settimana. Un abbraccio. ;) NI
RispondiEliminaUn buen mensaje del Papa donde nos recuerda lo que somos , te deseo un buen comienzo de cuaresma.Besicos
RispondiEliminaciao Mirta ti leggo sempre con piacere, un abbraccio e buona settimana Lory
RispondiEliminaBuongiorno Mirta. Un grande saluto e un abbraccio.
RispondiEliminaQue este tiempo de Cuaresma sirva para la reflexión, y para caminar con Él hacia la Cruz. Un fuerte abrazo y buen fin de semana Mirta. @Pepe_Lasala
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