Mercoledì, 8 febbraio 2012: Un appello per le popolazioni colpite dall’eccezionale ondata di freddo che ha investito in questi giorni alcune regioni d’Europa è stato lanciato dal Papa durante l’udienza generale di mercoledì 8 febbraio. Esprimendo la sua preoccupazione per i «forti disagi» e gli «ingenti danni» provocati dal maltempo, Benedetto XVI ha invitato a pregare per le vittime e per i loro familiari. Al tempo stesso, ha manifestato la sua vicinanza a tutte le «persone colpite da tali tragici avvenimenti» e ha incoraggiato «alla solidarietà affinché siano soccorse con generosità».
L’invito del Pontefice è giunto a conclusione dell’incontro settimanale con i fedeli nell’Aula Paolo VI. Un incontro che il Papa, proseguendo nelle catechesi sulla preghiera, ha dedicato al grido di Gesù sulla croce «nel momento in cui è di fronte alla morte» e sembra sperimentare l’«abbandono, l’assenza di Dio». In realtà — ha spiegato — egli ha «piena certezza della vicinanza del Padre, che approva questo atto supremo di amore, di dono totale di sé, nonostante non si oda, come in altri momenti, la voce dall’alto».
Anche l’uomo, nelle difficoltà e nelle sofferenze, sperimenta a volte l’apparente «assenza di Dio». Ma «quando sembra che Dio non senta — ha esortato il Pontefice — non dobbiamo temere di affidare a Lui tutto il peso che portiamo nel nostro cuore, non dobbiamo avere paura di gridare a Lui la nostra sofferenza». Anche nell’ora in cui vive il dramma umano della morte, infatti, Gesù non si abbandona alla disperazione, ma «prende su di sé la pena del suo popolo» e «quella di tutti gli uomini che soffrono per l’oppressione del male», portando «tutto questo al cuore di Dio stesso nella certezza che il suo grido sarà esaudito nella Risurrezione».
Nella preghiera di Gesù sulla croce, dunque, «sono racchiusi l’estrema fiducia e l’abbandono nelle mani di Dio, anche quando sembra assente, anche quando sembra rimanere in silenzio, seguendo un disegno a noi incomprensibile». Da qui l’invito del Papa ad affidare «a Dio le nostre croci quotidiane, nella certezza che Lui è presente e ci ascolta». Proprio nella preghiera, infatti, dobbiamo imparare a «superare le barriere del nostro “io” e dei nostri problemi e aprirci alle necessità e alle sofferenze degli altri». L’esperienza di Gesù ci insegna a «pregare con amore per tanti fratelli e sorelle che sentono il peso della vita quotidiana, che vivono momenti difficili, che sono nel dolore, che non hanno una parola di conforto, perché anch’essi possano sentire l’amore di Dio che non ci abbandona mai».
Il Papa: davanti alle situazioni più difficili e dolorose, quando sembra che Dio non senta, non dobbiamo temere di affidare a Lui tutto il peso che portiamo nel nostro cuore, non dobbiamo avere paura di gridare a Lui la nostra sofferenza, dobbiamo essere convinti che Dio è vicino, anche se apparentemente tace.
(©L'Osservatore Romano 8 febbraio 2012)
CIUDAD DEL VATICANO, 8 FEB 2012 (VIS).- La oración de Jesús en el momento de su muerte, según la narración de san Marcos y san Mateo, fue el tema que Benedicto XVI abordó en la catequesis de la audiencia general de los miércoles, que se desarrolló en el Aula Pablo VI.
“En la estructura del relato -dijo- la oración, el grito de Jesús, se alza al final de las tres horas de tinieblas que, desde mediodía hasta las tres de la tarde, envolvieron la tierra, al final de un lapso de tiempo, también de tres horas, iniciado con la crucifixión (…) En la tradición bíblica, la oscuridad tiene un significado ambivalente: es señal de la presencia y de la acción del mal, pero también de una misteriosa presencia y acción de Dios que es capaz de vencer toda tiniebla (…) En la escena de la crucifixión de Jesús, las tinieblas que cubren la tierra son tinieblas de muerte en las que el Hijo de Dios se sumerge para traer la vida con su acto de amor”.
“Frente a los insultos de las diversas categorías de personas, ante la oscuridad que cubre todo en el momento en que se enfrenta a la muerte, Jesús, con el grito de su oración, muestra que junto al peso del sufrimiento y de la muerte, cuando parece que Dios está ausente y lo ha abandonado, Él, tiene la certeza de la cercanía del Padre, que aprueba este acto de amor supremo, de entrega total de sí mismo, no obstante no se escuche, como en otros momentos, su voz desde lo alto”.
Pero, se preguntó, el pontífice: “¿Que significado tiene la oración de Jesús, ese grito que lanza al Padre: 'Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?' (...) Las palabras que Jesús dirige al Padre -explicó- son el comienzo del Salmo 22, en que el salmista manifiesta a Dios la tensión entre el sentirse abandonado y la certeza de la presencia de Dios en medio de su pueblo (…) El salmista habla de “grito” para expresar el sufrimiento de su plegaria frente a Dios, aparentemente ausente: en el momento de angustia la plegaria se transforma en grito”.
“Esto sucede también en nuestra relación con el Señor: ante las situaciones más difíciles y dolorosas, cuando parece que Dios no escucha, no debemos tener miedo de confiarle todo el peso que llevamos en el corazón, ni de gritarle nuestro sufrimiento”.
“Jesús reza en el momento del último rechazo por parte de los hombres, en el momento del abandono; reza convencido de la presencia de Dios Padre, también en esta hora en la que siente el drama humano de la muerte. Pero en nosotros surge una pregunta: ¿Cómo es posible que un Dios tan potente no intervenga para impedir que su Hijo pase esta prueba terrible?”.
“Es importante comprender que la oración de Jesús no es el grito de quien va desesperado al encuentro con la muerte, y tampoco el grito de quien sabe que lo han abandonado. Jesús, en ese momento, hace suyo el Salmo 22, el salmo del pueblo de Israel que sufre y, de este modo, carga sobre sí no solo la pena de su pueblo, sino también la de todos los hombres oprimidos por el mal, y los lleva al corazón de Dios con la certeza de que su grito será escuchado en la resurrección. (…) Es el suyo un sufrimiento en comunión con nosotros y por nosotros, que deriva del amor y lleva ya en sí la redención, la victoria del amor”.
“Las personas presentes bajo la cruz de Jesús no lo entienden y piensan que su grito es una súplica dirigida a Elías (…) También nosotros nos encontramos, de nuevo y siempre, ante el 'hoy' del sufrimiento, del silencio de Dios -lo expresamos tantas veces en nuestras oraciones-; pero también nos encontramos ante el 'hoy' de la resurrección, de la respuesta de Dios que ha cargado sobre sí nuestros sufrimientos para llevarlos con nosotros y darnos la esperanza firme de que serán vencidos”.
“Llevemos a Dios, en la oración, nuestras cruces diarias -concluyó el Papa-, convencidos de que El está presente y nos escucha. El grito de Jesús nos recuerda que, en la oración, debemos superar las barreras de nuestro “yo” y de nuestros problemas y abrirnos a la necesidades y los sufrimientos de los demás. La oración de Jesús, moribundo en la cruz, nos enseña a rezar con amor por tantos hermanos y hermanas que sienten el peso de la vida diaria, que viven momentos difíciles, que sufren, que no tienen palabra alguna de consuelo (…) para que sientan también el amor de Dios que nunca nos abandona”.
CIUDAD DEL VATICANO, 8 FEB 2012 (VIS).-Después de la catequesis de la audiencia general de hoy, el papa Benedicto XVI ha realizado un llamamiento a la solidaridad con las víctimas del mal tiempo: “En las últimas semanas, una ola de frío y hielo se ha abatido sobre algunas regiones de Europa, causando numerosos inconvenientes y daños ingentes. Deseo manifestar mi cercanía a las poblaciones afectadas por este intenso mal tiempo, e invito a orar por las víctimas y sus familiares. Al mismo tiempo, animo a la solidaridad con las personas perjudicadas por estos trágicos eventos, para que sean socorridas con generosidad”.
Fuente :http://visnews-es.blogspot.com/
Alguna vez he tenido mis dudas, la vida es dura pero dios es amor.besos
RispondiEliminaDio c' è ! Sia sempre lode a Nostro Signore.
RispondiEliminaCiao Mirta,
RispondiEliminaDio esiste ed e sempre esistito
sia lodato il suo nome
ciao
Dios siempre esta al lado nuestro, un beso.
RispondiEliminaciao mirta grazie bel post, Dio e' presente anche nella sofferenza, non dobbiamo perderci d'animo,ma farci forza affidandoci a lui, anche Gesu' sulla croce, ha avuto questa impressione di abbandono, ma alla fine e' risorto, ciao grazie a presto rosa buona giornata
RispondiEliminaè proprio quando ci sembra che Dio non ci ascolti che Lui è più vicino a noi! è difficile da credere ma secondo me è così!
RispondiEliminabaci baci
Tiene que existir. Es a él a quien le pedimos en momentos difíciles. Si no fuera así qué haríamos?, en dónde nos cobijaríamos?
RispondiEliminaCariños para vos Mirta
bellissimo post..... cara mirta ti auguro un felicissimo e serenissimo weekend!! baci!!
RispondiEliminaCiao Mirta. Un saluto affettuoso e un augurio di serenità.
RispondiEliminaE' molto consolante sentire queste cose direttamente dal Santo Padre che è il nostro punto di riferimento qui in Terra: questo significa avere Fede, non è facile da mettere in pratica ma è così!
RispondiEliminaBuon fine settimana Mirta carissima!
Maris
Ciao carissima. Buona, nevosa domenica. :O))
RispondiEliminaGrazie cari amici per la vostra visita, Dio non ci lascia mai, sa cosa fa!
RispondiElimina¡Gracias por sus visitas! Dios no nos deja nunca, sabe lo que hace