Libro II- INCOMINCIAMO LE ESORTAZIONI CHE CI INTRODUCONO ALL'INTERIORITA'
Capitolo I
IL RACCOGLIMENTO INTERIORE
(Dal libro "L'imitazione di Cristo" , Tommaso da Kempis, Libro II)
3. L'uomo che ama Gesù e la verità, l'uomo veramente interiore e libero da desideri contrari alla suprema volontà, può volgersi a Dio senza impacci, e innalzarsi in ispirito sopra se stesso, ricavandone una pace ricca di frutto. Veramente saggio, e dotto di una dottrina impartita da Dio più che dagli uomini, è colui che stima tutte le cose per quello che sono, non per quello che se ne dice nei giudizi umani. Se uno sa procedere secondo la guida interiore, evitando di valutare le cose secondo i criteri del mondo, non si perde nel ricercare il luogo adatto o nell'attendere il tempo opportuno per dedicarsi ad esercizi di devozione. Se uno ha spirito di interiorità, subito si raccoglie in se stesso, giacché non si disperde mai del tutto nelle cose esterne. Per lui non è un ostacolo un lavoro che gli venga imposto né una occupazione che, in quel momento, appaia doverosa; giacché egli sa adattarsi alle situazioni, così come esse si presentano. Colui che è intimamente aperto e rivolto al bene, non bada alle azioni malvagie degli uomini, pur se possano apparire mirabili; infatti, quanto più uno attira a sé le cose esteriori, tanto più resta legato, e distratto da sé medesimo. Se tutto fosse a posto in te, e tu fossi veramente puro, ogni cosa accadrebbe per il tuo bene e per il tuo vantaggio; che se molte cose spesso ti sono causa i disagio o di turbamento, è proprio perché non sei ancora perfettamente morto a te stesso e distaccato da tutto ciò che è terreno. Nulla insozza e inceppa il cuore umano quanto un amore non ancora purificato, volto alle cose di questo mondo; se invece tu rinunci a cercare gioia in ciò che sta fuori di te, potrai contemplare le realtà celesti e godere frequentemente di gioia interiore.
Libro Segundo
EXHORTACIÓN A LA VIDA INTERIOR
Capítulo 1 De la conversación interior
1. Dice el Señor: El reino de Dios dentro de vosotros está. Conviértete a Dios
de todo corazón, y deja ese miserable mundo, y hallará tu alma reposo.
Aprende a menospreciar las cosas exteriores y darte a las interiores, y verás que se vienen a ti el reino de Dios. Pues el reino de Dios es paz y gozo en el Espíritu Santo, que no se da a los malos. Si preparas digna morada interiormente a Jesucristo, vendrá a ti, y te mostrará su consolación. Toda su gloria y hermosura está en lo interior, y allí se está complaciendo. Su continua visitación es con el hombre interior; con él habla dulcemente, tiene agradable consolación, mucha paz y admirable familiaridad.
2. Ea, pues, alma fiel, prepara tu corazón a este Esposo para que quiera venirse a ti, y hablar contigo. Porque él dice así: Si alguno me ama, guardará mi palabra, y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. Da, pues, lugar a Cristo, y a todo lo demás cierra la puerta. Si a Cristo tuvieres, estarás rico, y te bastará. El será tu fiel procurador, y te proveerá de todo, de manera que no tendrás necesidad de esperar en los hombres. Porque los hombres se mudan fácilmente, y desfallecen en breve; pero Jesucristo permanece para siempre, y está firme hasta el fin.
3. No hay que poner mucha confianza en el hombre frágil y mortal, aunque sea útil y bien querido, ni has de tomar mucha pena si alguna vez fuere contrario o no te atiende. Los que hoy son contigo, mañana te pueden contradecir, y al contrario; porque muchas veces se vuelven como viento. Pon en Dios toda tu esperanza, y sea El tu temor y tu amor. El responderá por ti, y lo hará bien, como mejor convenga. No tienes aquí domicilio permanente: dondequiera que estuvieres, serás extraño y peregrino, y no tendrás nunca reposo, si no estuvieres íntimamente unido con Cristo
Aprende a menospreciar las cosas exteriores y darte a las interiores, y verás que se vienen a ti el reino de Dios. Pues el reino de Dios es paz y gozo en el Espíritu Santo, que no se da a los malos. Si preparas digna morada interiormente a Jesucristo, vendrá a ti, y te mostrará su consolación. Toda su gloria y hermosura está en lo interior, y allí se está complaciendo. Su continua visitación es con el hombre interior; con él habla dulcemente, tiene agradable consolación, mucha paz y admirable familiaridad.
2. Ea, pues, alma fiel, prepara tu corazón a este Esposo para que quiera venirse a ti, y hablar contigo. Porque él dice así: Si alguno me ama, guardará mi palabra, y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. Da, pues, lugar a Cristo, y a todo lo demás cierra la puerta. Si a Cristo tuvieres, estarás rico, y te bastará. El será tu fiel procurador, y te proveerá de todo, de manera que no tendrás necesidad de esperar en los hombres. Porque los hombres se mudan fácilmente, y desfallecen en breve; pero Jesucristo permanece para siempre, y está firme hasta el fin.
3. No hay que poner mucha confianza en el hombre frágil y mortal, aunque sea útil y bien querido, ni has de tomar mucha pena si alguna vez fuere contrario o no te atiende. Los que hoy son contigo, mañana te pueden contradecir, y al contrario; porque muchas veces se vuelven como viento. Pon en Dios toda tu esperanza, y sea El tu temor y tu amor. El responderá por ti, y lo hará bien, como mejor convenga. No tienes aquí domicilio permanente: dondequiera que estuvieres, serás extraño y peregrino, y no tendrás nunca reposo, si no estuvieres íntimamente unido con Cristo
Ciao Mirta, ho letto la meditazione, grazie: è un buon modo per iniziare la mia giornata....un caro saluto!
RispondiEliminaCarmen
Siempre me resulta muy reconfortante leer tus entradas.Besicos
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